El Morrón del Medio Día, con una altitud de 2.756 m, se localiza en el macizo montañoso de Sierra Nevada, concretamente en la parte Oeste del Puerto de la Ragua.
Sábado 24 de Febrero de 2018.
Para afrontar esta nueva aventura decidimos establecer el punto de encuentro en La Calahorra, una pintoresca localidad de la comarca de Guadix (Granada) situada en la falda Norte de S.Nevada y la cual es la puerta de acceso al puerto de La Ragua por la cara Norte.
Imagen del castillo de la Calahorra, de estilo renacentista. Siglo XIV, D.C.
Fuente: www.flickr.com Autor: Stephane Seco Licencia CC: BY-NC 2.0
Llegamos
sobre las 7:30 de la mañana. Lo primero, por supuesto, un buen almuerzo donde comentar la ascensión que teniamos en mente. La mañana se presenta fría y con brumas pero las previsiones son buenas para la hora de la ascensión, la cual
estimamos que será sobre las 10:30 aprox.
Partimos desde La Calahorra a las 8:00
y tras una media hora de coche llegamos al puerto de La Ragua. Cargamos la mochila y emprendemos la
marcha a pie dirección Oeste hacia el refugio Las Chorreras, tomando para ello
el sendero GR-240 (más conocido como sendero Sulayr).
Refugio de Las Chorreras |
Tras
aproximadamente 3 km de recorrido llegamos al refugio en donde decidimos hacer
un “stop” para preparar el equipo de ascensión y como no, visualizar la ruta de
ataque que seguiremos hasta la cima.
Alternativas de ascension. Fuente: "Montañas del Sur". |
Después
de tomarnos un tiempo estudiando y valorando el terreno, el estado de la
nieve, condiciones atmosféricas y por tanto el mejor itinerario de ascensión
optamos por subir a través del corredor central. Seguramente el más asequible y
seguro de todos.
Alucinando con lo que nos queda por delante. |
Como
se observa en las fotografías el cielo está totalmente despejado y el sol luce
con fuerza lo que hace que el día se presente perfecto para disfrutar de una
ascensión agradable.
Comenzamos. |
El
comienzo se nos hace duro y pesado debido a la nieve blanda que se hunde a
cada paso que damos, pero no por ello nuestras ganas se vienen a menos. Así que
activamos el “modo Oruga” y vamos avanzando poco a poco. Tras subir unos 200m de desnivel, la nieve empieza a compactarse algo más y ahora si ya no hay quien nos pare.
Jesús marca el ritmo. |
Ahora toca relevo y Jose coge el mando. |
El
tiempo y estado de la nieve fabulosos, así que nos tomamos nuestro tiempo para
hacernos algunas fotos y contemplar el paisaje que se nos muestra ante nuestros
ojos así como los escasos 200 metros de desnivel que nos quedan para coronar.
Otra foto, que el día lo merece. |
Duras y verticales rampas que nos toca afrontar |
Finalmente…objetivo conseguido.
Cumbre del Morrón del Mediodía. Al fondo el Morrón Sanjuanero. |
Tras
una hora y media de caminata hasta el refugio Las Chorreras y dos horas de
ascensión por el corredor central, llegamos a la cima en donde la panorámica
una vez más nos deja maravillados.
Vistas hacia el Picón de Jérez |
Jesús conquistando la cima. |
Ahora es el turno de Jose. |
Después
de tomarnos unos minutos de respiro, hidratarnos y comer algo, volvemos a emprender
el camino rápidamente, ya que nuestro siguiente objetivo es bajar por la cuerda en dirección Este hacia el Morrón San Juanero (2.609m). Para ese momento
hemos sobrepasado el medio día y nos acercamos a las 14:00 de la tarde, hora en
la que según nuestras previsiones, una pequeña borrasca entraría por el Sur,
como se observa en las fotografías una cortina de nubes se nos echa poco a poco
encima.
Nubes Crecientes |
Avanzamos rápido con intención de poder llegar lo antes posible
al Morrón cuya distancia en tiempo estimábamos en una hora y media pero pronto
nuestro gozo en un pozo, las nubes se adentran cada vez más rápido y la
visibilidad comienza a ser cada vez menor por lo que decidimos abortar misión. Cabe recordar que una regla de oro en la alta montaña es preveer cualquier situación y anticiparse a ella. Las previsiones se complican y decidimos no hacer cima en el Morrón Sanjuanero y bordearlo por su flanco norte. Comenzamos la bajada y tras
un km de camino, la Sierra nos vuelve a recompensar una vez más con una imagen
increíble, una caballería de unos diez caballos salvajes pastando a su antojo.
Caballos salvajes. |
La
senda nos conduce a través de estos magníficos seres que tras escrutarnos con
sus grandes ojos y examinarnos de arriba abajo siguen con lo suyo sin
importarles en absoluto las nubes crecientes.
Tras
hora y media de descenso volvemos a tomar el sendero Sulayr dirección Este
hacia el puerto de La Ragua y tas algo menos de una hora llegamos al coche,
algo cansados pero con la gran satisfacción de a ver disfrutado una vez más de
estas montañas únicas en Europa.
OBSERVACIONES:
- Imprescindible el uso de crampones y piolet en cualquier ruta sobre corredores o con nieve dura/hielo.
- Es necesario prever con antelación cualquier salida, analizar las condiciones del tiempo y realizar cualquier ruta con el material adecuado
Hay bonitos recuerdos que merece la pena destacar, así que nuestro pequeño homenaje a este precioso entorno.
POESÍA A LA
SIERRA, LA BELLA
Sierra nevada
Nunca será olvidada,
bajo el horizonte
corona Granada.
El Mulhacén con su esposa la Alcazaba
protegen a su hijo el Veleta
desde una posición alzada.
Durante las nevadas,
en las noches claras
la luna llena cierne un manto de pena
por los montañeros muertos en ella.
El águila real planea los
Valles por los que fluyen pequeños ríos.
Y en el deshielo los pequeños ríos
se hacen grandes y fríos.
En el verano las cabras
se protegen en el umbral
se mantienen rígidas y fuertes como un pedestal.
En la primavera, el rocío
mojas las mañanas
y producen las ganas
del montañero que irá a visitarlas.
En el verano los frutos adornan los
pulmones de sierra nevada
que producen la alegría
de unas tierras frías.
En el otoño
las hojas marrones y sabias
caen al suelo que pronto
será cubierto
por un manto bello
de unas nieves
que siempre se mantienen.
Nunca será olvidada,
bajo el horizonte
corona Granada.
El Mulhacén con su esposa la Alcazaba
protegen a su hijo el Veleta
desde una posición alzada.
Durante las nevadas,
en las noches claras
la luna llena cierne un manto de pena
por los montañeros muertos en ella.
El águila real planea los
Valles por los que fluyen pequeños ríos.
Y en el deshielo los pequeños ríos
se hacen grandes y fríos.
En el verano las cabras
se protegen en el umbral
se mantienen rígidas y fuertes como un pedestal.
En la primavera, el rocío
mojas las mañanas
y producen las ganas
del montañero que irá a visitarlas.
En el verano los frutos adornan los
pulmones de sierra nevada
que producen la alegría
de unas tierras frías.
En el otoño
las hojas marrones y sabias
caen al suelo que pronto
será cubierto
por un manto bello
de unas nieves
que siempre se mantienen.
Autor desconocido
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